1 – Jon, un líder espírita. ¿Cómo
ve a Jon Aizpúrua en sus inicios? ¿Cuáles son sus ideales? ¿Cuáles son sus
proyectos a mediano y a largo plazo?
Son varias preguntas y muy amplios los
temas que ellas suscitan. Con todo gusto trataré de ofrecerles algunas
respuestas que puedan satisfacer las inquietudes planteadas.
Miro a la distancia y evoco mis inicios
en el conocimiento de la Doctrina Espírita y en mi participación en el
movimiento espírita. Eso ocurrió en 1966, cuando contaba con 16 años de edad y
estaba cerca de concluir mis estudios secundarios, en la ciudad de Valencia, en
el interior de Venezuela. Desde niño mostré fuertes inclinaciones hacia el
estudio y la lectura, y ya para ese tiempo, aun
siendo adolescente, había tomado contacto con numerosas obras literarias
y filosóficas.
Tuve la felicidad de conocer a David
Grossvater, ilustre escritor y fundador del Movimiento Espírita CIMA, y fue él
quien me entregó mi primer ejemplar de “El Libro de los Espíritus” y me impulsó
esos primeros años hacia la obtención de una sólida formación doctrinaria,
dentro de una línea de pensamiento librepensadora, laica, humanista,
progresista, con la cual simpaticé desde el primer momento y en ella me he
mantenido siempre, sin dobleces ni concesiones. Fundé el Grupo Juvenil CIMA, la
revista Evolución, y paulatinamente fui ocupando posiciones de dirección en el
CIMA y en el movimiento espírita venezolano e internacional.
Mis ideales, en todos los órdenes, de
mi pensamiento, de mis sentimientos y de mi conducta ante la vida, derivan de
mis convicciones espíritas. Me defino como un ser humano que ama la libertad,
la justicia, la igualdad, y que aporta su esfuerzo, en la medida de sus posibilidades,
en favor del progreso moral de los ciudadanos y del progreso social de la
humanidad.
En el proyecto general de mi vida, hay
diversas áreas en pleno desarrollo. Me desempeño como profesor universitario,
ejerzo mi profesión de psicólogo clínico y dirijo programas en la radiodifusión
venezolana. Ahora bien, todas mis actividades han estado siempre supeditadas a
una realización superior en mi existencia: la divulgación y la defensa del
Espiritismo. A ello he entregado mi vida y así seguirá siendo. En mi caso el
Espiritismo no es una distracción para ocupar tiempo libre, sino la razón y la
pasión de mi vida. Se trata de un verdadero compromiso espiritual.
2 - ¿Cuáles han sido las mayores
satisfacciones alcanzadas al frente de la C.E.P.A.?
Haber contado con el respaldo unánime
de todos los integrantes de la Confederación Espírita Panamericana, para
ejercer la Presidencia durante dos períodos consecutivos, ha sido una inmensa
alegría para mi alma, y siempre elevo mi pensamiento para agradecer a Dios, al
mundo espiritual y a mis hermanos y compañeros de lucha, por tan honrosa
distinción, y por haberme dado la oportunidad de servir a nuestra noble causa.
Presidí la CEPA entre 1993 y el año
2000, y me propuse como objetivo central, darle continuidad a una institución
que nació en 1946, en Argentina, y que ha cumplido una formidable labor en toda
América al servicio del Espiritismo, al mismo tiempo, que introducía procesos
de renovación y actualización.
Pienso que, en esos años, la CEPA
creció y se consolidó, en América y en
Europa, y sobre todo, mantuvo en alto,
el auténtico perfil ideológico que le corresponde como institución nítidamente
inspirada en las enseñanzas de Allan Kardec.
3 - ¿Cuáles son las causas que
han provocado la formación de distintas tendencias dentro del Movimiento
Espiritista?
Este es un tema muy complejo e
imposible de resumir en unas líneas. Sólo diría ahora que, el surgimiento de
diferentes tendencias dentro del movimiento espírita obedece a múltiples y muy
diversas razones. Y no se trata de una situación nueva, pues, desde los propios
tiempos de Kardec ya se había presentado. Hay de por medio, factores
culturales, idiosincrásicos, personales, involucrados. Recordemos por ejemplo, que en los países
anglosajones, hay un movimiento espiritualista muy extendido, que practica la
mediumnidad pero niega la reencarnación. En nuestros países latinoamericanos,
se han producido los más pintorescos sincretismos afro-católico-mediúmnicos,
que en ocasiones se hacen llamar espíritas a pesar de nuestra protesta.
En los años en que Kardec trabajaba
arduamente en Francia, en la codificación del Espiritismo, apareció el libro
“Los Cuatro Evangelios”, presuntamente mediúmnico, suscrito por el abogado Jean
Baptiste Roustaing, quien pretendió introducir en el cuerpo doctrinario
espírita una serie de teorías y dogmas católicos. Fue Roustaing el fundador del
llamado “Espiritismo cristiano”. Y es curioso que, a pesar de haber sido
severamente combatido por Kardec, hay instituciones que, difunden el roustainguismo
al mismo tiempo que se hacen pasar por kardecistas, como es el caso lamentable
de la Federación Espírita Brasileña.
Hay otros movimientos dentro del
panorama espiritista, con sus peculiaridades y sus propias características,
sostenidos por los seguidores de Ubaldi, Trincado, Ramatís, Armond, Emmanuel,
Basilio, etc.
Quienes integramos la C.E.P.A., nos
ocupamos de estudiar y divulgar el Espiritismo, en sus vertientes científicas,
filosóficas, sociológicas y morales; al margen de tendencias religiosas o
materialistas, siguiendo con claridad la orientación kardecista. Por ello,
recomendamos sin vacilación, el estudio sistemático de todas las obras de la
Codificación, y de autores de gran sabiduría e inspiración, como Leon Denis,
Gabriel Delanne, Gustavo Geley, Amalia Domingo y Soler, Ernesto Bozzano, Manuel
Porteiro, Deolindo Amorim, Herculano Pires, entre otros.
4 - ¿Cómo lograr la Unificación
del Movimiento Espírita cuando hay diferencias entre las organizaciones?
Como ya dijimos, son múltiples las
razones que llevan a producirse tantas tendencias e interpretaciones. Pensar en términos de Unificación como si se
tratase de que se van a uniformar las opiniones de todos los espíritas en el
mundo es realmente utópico, inalcanzable.
Lo que sí es posible lograr, y por ello
luchamos, es que se produzca un clima de diálogo fraterno entre los espíritas,
que parta del respeto a las opiniones de cada uno, y excluya las
descalificaciones. Hay que recordar siempre, que, es mucho más lo que nos une
que lo que nos separa. Los espíritas
partimos de principios comunes: Dios,
supervivencia espiritual, reencarnación, mediumnidad, pluralidad de mundos
habitados. Y eso constituye una base importante para el encuentro y el
intercambio amistoso.
Para algunos, el Espiritismo es una
religión cristiana. Para otros, entre los cuales me cuento, el Espiritismo es
una filosofía arreligiosa, laica y humanista. Pues bien, que cada uno se ubique
donde su razón y su visión del mundo le indiquen, pero que eso no sea motivo para
diatribas o agresiones, sino que, al contrario, sea una oportunidad para
dialogar y aprovechar las opiniones positivas de todos.
Como espírita librepensador, ajeno a
dogmatismos y sectarismos, estoy persuadido de que nadie tiene el monopolio de
la verdad y a nadie se le puede endilgar la exclusividad del error.
5 – Si usted tuviese la
oportunidad de conversar con Allan Kardec, ¿qué le diría? y ¿qué le
preguntaría?
Asumiendo la posibilidad de esta
encantadora hipótesis, le expresaría a Kardec, en primer término mi admiración
por su obra extraordinaria, por su sensatez y su talento, y haría patente mi
gratitud por habernos enseñado el camino hacia la comprensión de la realidad
espiritual, no con recursos teológicos sino en el propio ámbito de la razón y
de la ciencia.
Aprovecharía, por supuesto, tan
singular oportunidad para formularle preguntas sobre diversos aspectos,
relacionados con su vida, con su obra, con su pensamiento y con su visión del
porvenir. Alrededor de su vida, como suele ocurrir con la mayoría de los
grandes hombres, hay numerosas lagunas y hasta contradicciones, por lo que
sería una excelente ocasión para despejarlas.
Le preguntaría cuál es su opinión acerca de las pretensiones que muchos
de sus seguidores tienen de convertir al Espiritismo en una secta religiosa,
cristiana y evangélica, contraviniendo sus definiciones. En fin, intentaría
explorar a fondo su pensamiento acerca de diversos asuntos científicos,
filosóficos, sociales, morales, de acuerdo con la óptica espírita, y tomando en
cuenta la impresionante velocidad con que los cambios en todos los órdenes
sacuden al mundo.
6 – Hay un ambiente de mucha
expectativa y optimismo por el éxito alcanzado en el reciente Congreso
organizado por CEPA con respecto a la actualización. ¿Cuál es el mayor desafío
a vencer en este proceso?
En efecto, los resultados del Congreso
celebrado en Porto Alegre, son de un inmenso valor, para la colocación del
Espiritismo en la dinámica del mundo contemporáneo. Con ese Congreso, la CEPA demostró una vez
más, por qué está a la vanguardia del movimiento espírita internacional.
Mientras que, por todas partes se realizan congresos, más turísticos que
doctrinarios, absolutamente retóricos y repetitivos, y que son para decir “más
de lo mismo”, CEPA aprovecha sus eventos
para abrir una amplia, libre, productiva y fraterna discusión acerca de temas
palpitantes de la actualidad, frente a los cuales el Espiritismo necesita
revisar sus posiciones y su lenguaje, para mantener su vigencia. Y en eso sigue el ejemplo de Kardec, pues el
Codificador hizo exactamente eso, en su época, como lo atestiguan sus escritos
mensuales en la “Revue Spirite”.
Los mayores desafíos a vencer, son, por
una parte, la actitud oposicionista del sector religioso del Espiritismo, que
descalifica la iniciativa de actualización con posturas dogmáticas, acusando a
la CEPA de “querer alterar la obra de Kardec” o con la insólita y
anti-kardeciana afirmación de que “el Espiritismo es una obra divina y no tiene
nada que actualizar”. También hay que
vencer la pereza mental de quienes desean un Espiritismo donde todo está dicho
y resuelto, se consuelan con afirmaciones moralistas y salvacionistas.
El Congreso de Porto Alegre ha puesto
al descubierto una increíble paradoja: la de un movimiento espírita religioso,
que alardeaba con un discurso modernizador y actualizador, abierto ante los
nuevos progresos, diferente de las religiones tradicionales y de la cultura
materialista, se mostró, en el preciso instante en que le correspondió ser consecuente en los hechos con su prédica,
más cerrado, conservador y retrógrado que aquellas doctrinas que pretendía
superar. Y eso, a pesar de que, se cuenta como punto de partida y referencia
fundamental, con una obra como la de Kardec, donde se encuentran sentencias tajantes
como estas:
“El Espiritismo, so pena de suicidio,
no puede cerrar las puertas a ningún progreso”.
“El Espiritismo, marchando de acuerdo con la ciencia, nunca será
rebasado, y si se demuestra que está errado en algún punto, se modificará en
ese punto; si una verdad nueva se revelase, él la aceptará”.
Felizmente, existen movimientos como la
CEPA, que se mantienen fieles al espíritu kardecista, es decir a la visión de
un Espiritismo progresista, humanista, librepensador, profundamente ético y
amoroso.
7 - Si tuviese que realizar propuestas concretas
de aspectos que deben actualizarse, a su criterio, ¿cuáles serían?
Ya la C.E.P.A. ha producido un buen
número de trabajos de investigación y reflexión al respecto. Está claro que las
bases del Espiritismo, fundadas en sus principios esenciales, mantienen su
plena vigencia, porque se trata, de hechos, de leyes de la naturaleza. No está en discusión la existencia del
espíritu, su evolución en vidas sucesivas o la comunicación mediúmnica, pero sí
es cierto que desconocemos mucho acerca de la naturaleza del espíritu y de sus
leyes, o de los mecanismos de la reencarnación o del acoplamiento mediúmnico, y
sobre eso hay profundizar e ir más allá de lo que originalmente enseñaron los
espíritus o plantearon los clásicos de nuestra doctrina.
Kardec formuló numerosas preguntas a
los espíritus y éstos dieron sus respuestas, a tono con sus propias
concepciones. Hoy, a la altura de los
nuevos avances científicos y tecnológicos, es evidente que a los espíritus habría
que formularles muchas otras y distintas preguntas, y surgirían así otros
enfoques. No aparecen en los libros de Kardec, ni podrían aparecer, cuestiones
de psicoanálisis, física relativista o cuántica, biología molecular, ingeniería
genética, comunicación satelital, etc., y el Espiritismo debe actualizarse ante
esos y muchos otros conocimientos modernos.
Y en lo relacionado con el lenguaje que
se emplea, está más que comprobada la urgencia de actualización, sustituyen
palabras que son impropias a la luz de las conquistas del progreso.
8 - ¿Qué beneficios representa la
actualización? Y ¿Cuáles han de ser sus repercusiones en el ámbito social?
El Espiritismo nada tiene que perder
con su actualización. Al contrario, esa es su garantía de permanencia y
vigencia.
Un Espiritismo fresco, moderno,
dinámico, sólido en sus bases y principios, abierto a una efectiva comunicación
con el mundo social y cultural, y trasmitiendo su hermoso mensaje moral, que
invita a la reforma interior, a vencer el egoísmo, la envidia, y las bajas
inclinaciones; que levanta como bandera la enseñanza de Jesús sobre la práctica
verdadera del amor al semejante, y el fomento de la fraternidad entre las
personas y la solidaridad entre los pueblos, tendrá inmensas posibilidades de cumplir
su misión histórica y espiritual de impulsar a la humanidad hacia peldaños
superiores en su infinito ascenso evolutivo.
9
– Queremos agradecer la buena disposición que ha tenido para la realización de
esta entrevista. Nuestra felicitación y reconocimiento a tan distinguida
personalidad. ¿Qué mensaje desea dirigir a nuestros queridos lectores?
El placer ha sido mío. Me encanta
compartir estas ideas y reflexiones con los lectores de Nueva Generación, un
grupo espírita que valoro altamente y del cual sigo con atención su trabajo.
Guardo por el pueblo guatemalteco un afecto muy especial. He visitado la tierra
del quetzal en varias oportunidades y de su gente sencilla y laboriosa conservo
lindos recuerdos. Igualmente, me unen vínculos fraternos con los espíritas de
todos los centros y agrupaciones.
Les invito a perseverar en el estudio y
en la difusión de nuestra noble y esclarecedora doctrina, manteniéndose fieles
al sentido racionalista, librepensador y humanista, que Kardec le imprimió. A
corregir, empleando un lenguaje apropiado, amable y respetuoso, convincente por
su argumentación, las tendencias desviadas que pretenden convertir al
Espiritismo en una de las tantas sectas religiosas que pululan en nuestros
países. A educar a quienes, estando
confundidos, introducen en los centros espíritas, extrañas prácticas
ritualistas o a quienes se aprovechan del intercambio mediúmnico para engañar o
lucrar.
Les convido a vivir los ideales
espíritas siendo ejemplo de ellos como mejores personas, mejores en el hogar y
en la vida social. A sentir y practicar
el amor, guiados por la luminosa divisa kardeciana: Trabajo, Solidaridad y
Tolerancia.