sábado, 29 de junio de 2013

QUÉ TIENE PARA DAR EL ESPIRITSMO

Por Dante López
Presidente de la Confederación Espírita Panamericana (CEPA)

La vida es cada vez más compleja a partir de varios factores como el crecimiento de la población y  las ciudades, la presión por vivir actualizados por la tecnología, la pérdida parcial de los vínculos familiares tradicionales, las influencias culturales cruzadas producto de la globalización y otros aspectos que sería largo enumerar.

A pesar esa complejidad hay una raíz de búsqueda que no se pierde y es la búsqueda del ser humano en su intimidad. Cuando está solo se pregunta por la felicidad, por la serenidad, por el sentido de la vida y no siempre encuentra respuestas que lo satisfagan.
 
Por un lado, las religiones tradicionales han perdido su ascendencia y en la mayoría sólo sirven de vehículo para no perder las tradiciones y aferrarse a “algo” que no ofrece certezas. Por otro lado la Ciencia ha encontrado a Dios y hoy tiene explicaciones mucho más cercanas a la trascendencia individual, aunque sigue alejada del hombre común.

La difusión de los fenómenos mediúmnicos en los medios de comunicación más las publicaciones editoriales como los libros de Brian Weiss, Elizabeth Kübler Ross, Stalisnaf Groff y otros investigadores serios, y la cantidad de gente que ha vivido experiencias místicas y las difunden, han abierto una puerta hacia una nueva mirada, asistimos a una verdadera explosión de espiritualidad.
Los espíritas tenemos una gran oportunidad en este contexto: la de difundir las consecuencias que derivan de comprender al hombre como un “Espíritu viviendo una existencia corporal” que nos asegura la continuidad de la vida, desacraliza el miedo a la muerte física y le da un verdadero sentido a la vida.

Aunque sólo pudiésemos transmitir ese concepto habremos hecho una gran contribución para alejar al ser humano de la angustia existencial. Nada produce tanta angustia como la incertidumbre. Muchas veces los espíritas estamos enfocados en discutir las cuestiones básicas y no difundimos lo más importante: las consecuencias de cambiar a una visión más  amplia del hombre en el proceso de la evolución.
Ante cada dificultad el hombre se pregunta ¿Por qué a mí? y se desmoraliza, luego si consigue tener muchas cosas materiales se pregunta ¿Para qué? y también se angustia, no entendiendo que unas y otras circunstancias son parte del proceso de aprendizaje en la Existencia Corporal.

El Espíritu o ente Inteligente es el verdadero actor de las situaciones. Necesita de la vida de encarnado, con sus dificultades y sus conflictos, pero también con alegría y felicidad para evolucionar, para aprender de cada vivencia.

El Espiritismo tiene muchas herramientas que pueden llegar al intelecto y al sentimiento, pero que fundamentalmente pueden ayudar a entender la vida y la diversidad de sus circunstancias.

En su formidable contribución a la Psiquiatría y al conocimiento humano, el Dr. Viktor Frankl descubre que sólo puede trascender las dificultades aquel ser humano que encuentra su propio “Sentido de la Vida”, insistiendo que aún en las más difíciles situaciones personales, como especie somos capaces de sacar fuerzas de nuestras flaquezas y conseguir nuestras metas, y lo dice con el aval de sus dramáticas vivencias en campos de concentración en la II Guerra.

Todo el desarrollo de su obra más importante: “El Hombre en busca de Sentido”, lo hace con una visión terrena, desde la perspectiva de una única existencia, logrando convencer que aun así podemos alcanzar la certeza del exclusivo y único “sentido” que cada uno tiene en la vida. Pero hay un párrafo, casi al final del libro, en el que pregunta: ¿Están seguros de que lo humano constituye un punto terminal en la evolución? ¿Acaso no es concebible la existencia de otra dimensión, de un mundo más allá del mundo del hombre; de un mundo donde la pregunta sobre el sentido último del sufrimiento humano obtenga una respuesta cabal?

Nuevamente, como en otras ocasiones, encontramos en grandes pensadores la idea de la supervivencia del Espíritu que está tan clara en la Doctrina Espírita.

En el Espiritismo tenemos una completa visión de toda la creación a partir de la necesidad de explicación de los fenómenos mediúmnicos. Porque de la certeza de la realidad de la comunicación con el Mundo Espiritual, un verdadero genio como Kardec fue capaz de encontrar una fuente de conocimiento inimaginable.

Por esa línea de razonamiento podemos comprender racionalmente la idea de Dios como Inteligencia Suprema, como creador omnipresente y omnisciente, sus leyes y su misericordia infinita. También la certeza de que vivimos antes y vamos a vivir después, la evolución en grupos por afinidad, la tranquilidad de que nuestros esfuerzos nunca se pierden, la seguridad del valor de la intención y la importancia del desarrollo del sentimiento como fuerza moral que acompañe al natural desarrollo intelectual de la Humanidad.

Definido  entonces como filosofía de raíz racional y con una sólida fundamentación teórico-práctica, vemos al Espiritismo como una herramienta formidable para entender que la vida merece ser vivida.

El “Sentido de la vida” del Dr. Frankl tiene vigencia por su fundamentación empírica, por los innumerables casos que logró resolver o explicar a través de su Logoterapia. Su lectura es ampliamente recomendable para fortalecer la voluntad de vivir en plenitud.

En la visión espírita el Espíritu encarnado necesita cumplir una serie de metas que se propuso antes de encarnar y sólo cuando las encuentra y las cumple consigue la paz interior que lo impulsa hacia la siguiente etapa. Esta coincidencia entre ambos enfoques refuerza la visión humanista y abona las fortalezas que el Espiritismo posee, apoyando nuestras convicciones.