martes, 20 de agosto de 2013

CONSTRUYENDO EL FUTURO

Por: Dante López
Presidente de la Confederación Espírita Panamericana
En el artículo del mes anterior ponderamos la idea de re pensar a las organizaciones espíritas para evitar que pierdan su vigencia, adaptándose a las nuevas realidades sociales y captando la atención de quienes están en la búsqueda de la espiritualidad trascendente.
Hacemos este llamamiento a partir de nuestra propia experiencia en organizaciones humanas de diferente tipo pero que tienen en sus raíces la misma problemática: las limitaciones de los seres humanos que las integran.

Dialogando con especialistas en temas organizacionales podemos escuchar que el personalismo, la verticalidad en la toma de decisiones, la dificultad en la delegación y su consecuencia los traspasos generacionales, son algunas de las características que se repiten en la mayoría de las organizaciones humanas en Latinoamérica.
Estas características, siempre siguiendo la palabra de los especialistas, afectan todo tipo de organizaciones, tanto a los Gobiernos de los Estados como a las organizaciones no gubernamentales, impactando también a  las empresas privadas y públicas, tanto las de capital como las llamadas empresas familiares.
Si afecta a la totalidad de las organizaciones humanas, ¿porque no va a afectar a los Centros y Sociedades Espíritas? ¿Será que tendremos la soberbia de pensar que esto no nos pasa porque los espíritus nos preservan de estas situaciones?
En mis recorridas por las distintas Sociedades Espíritas de América y España observo claramente estos problemas, y no siempre los dirigentes son conscientes de la situación.
En la CEPA como organización también tenemos algunas de estas características. Una de ellas es la  dependencia de la figura del Presidente para la elaboración de la estrategia de la entidad en cada período, la consecuente verticalidad en la toma de decisiones y la exposición al personalismo que esta forma conlleva. Los dirigentes debemos tomar conciencia de esta realidad que nos afecta a todos como organizaciones humanas con perfil latino, y tratar de identificar cuáles son las que particularmente están impidiendo en alguna medida un más fluido desarrollo.
Para ello podemos comenzar haciéndonos algunas preguntas: ¿Estamos creciendo en número de asistentes o cada vez somos menos?; ¿Dentro de la organización prevalece la armonía con sinceridad?; ¿Hay espacios para la discusión de las formas de trabajo?; ¿Hay jóvenes y tienen su espacio de participación y creación?
Tenemos el deber de pensar objetivamente el desempeño de las organizaciones, con una mentalidad amplia, propiciando la participación de todos y escuchando las inquietudes sin preconceptos. También podemos compartir esto con los espíritus guías cuando nuestra determinación esté consolidada para permitir su apoyo y  orientación.
La CEPA está en ese proceso, contamos con el apoyo de una especialista en organizaciones latinoamericanas para que nos ayude en el proceso de actualización. Distintas Sociedades han realizado análisis de las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas en talleres dedicados especialmente al tema y ahora contamos con un valioso material que está siendo analizado para su posterior puesta a consideración. En breve compartiremos las principales líneas de acción que surgen del aporte de muchas personas  que participaron en el proceso y que también se comprometerán en la ejecución de las políticas que hemos diseñado entre todos.
Vuelvo a invitar a los dirigentes de las Sociedades Espíritas a un proceso de revisión interna con intenciones de mejorar la Organización y adaptarla a los tiempos que corren.